miércoles, 3 de diciembre de 2014

Una Piedra, Una Bruja

Una vez se encontraba Baldovino haciendo una diligencia en el pueblo vecino conocido como Pueblito Mejia,  desocupado de lo que fue hacer se encontró con unos amigos con los que comenzó que departir tomándose unos tragos.

La noche llegó, y Baldovino seguía tomando, tenía que regresarse a El Sudán que quedada a tres horas de camino,  él había ido en un mulo. A media noche y ya tomado, agarró camino de regreso, echó su machetilla al cinto y comenzó al galopar para su pueblo El Sudán. 

Cuando pasaba por el Saltillo en su parte de arriba,  una "Piedra Gigante" se le atravesó en medio del camino,  el mulo que es un animal que por sus reflejos percibe visiones malas,  se echaba hacía atrás y no quería seguir el paso,  apesar de que Baldovino lo taconeaba con sus estribos. La piedra se movía de un lado al otro del camino lentamente;  entonces,  Baldovino que sabía oraciones para protegerse de las brujas,  se bajó de su mulo,  se le sentó al lado de la piedra enterrando en el suelo un puñal y le tiro su sombrero volteado y le dijo:

    - Vamos al ver quien se cansa aquí de los dos. 

Sabiendo él que eso era una bruja, fueron pasando las horas hasta que el día fue asomando con el canto de las aves. La piedra se movía y se le escuchaban quejidos,  hasta que ésta se le convirtió en una mujer, ella le rogaba insistente y llorando que la dejara ir al su casa que su marido estaba a punto de levantarse y no la iba a encontrar en su cama.


Baldovino conoció a la mujer,  se trataba de una que había visto en Pueblito Mejia cuando venia saliendo para El Sudán. 

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